Por Melanie Slone
“No tenía forma de salir de los problemas en los que estaba metido”, dice Brian D, un alcohólico en recuperación. “Tuve que perderlo todo… mi trabajo, mi libertad, mi familia. Alejé a mis padres, a mi esposa. Mis hijos no querían saber nada de mí”.
Brian ahora está en Alcohólicos Anónimos (AA). “He podido cambiar mi vida a través de estas reuniones”, dice a North County Informador.
“El alcoholismo es una enfermedad”, explica Brian. “Te arranca todo… Es muy difícil para un alcohólico o un adicto dejar de consumir”.
Empezó a beber a una edad temprana. “Es algo normal, especialmente en la comunidad hispana”, dice. “A medida que pasaban los años, mi consumo de alcohol fue empeorando cada vez más, …comenzó a apoderarse de mi vida”.
Mientras vivía en su auto en Oceanside, Brian llamó a un número para la prevención del suicidio que escuchó en un anuncio. “Pensaba que mi vida estaba completamente acabada”, dice.
Esperanza y recuperación
El consejero dirigió a Brian, quien había “tocado fondo”, a AA. “A través de AA, algo mágico comenzó a suceder cuando comencé a hablar con alguien que me entendía y entendía por lo que estaba pasando. Porque también había pasado por lo mismo”, nos cuenta.
Dice que se siente más a gusto en los grupos de español. “Aunque hablo inglés perfecto, soy bilingüe, es la cultura… es simplemente una vibra completamente diferente”.
Brian ya tiene sobrio dos años y 10 meses. Pudo arreglar las cosas con su esposa y está reconstruyendo una relación con sus hijos y padres. “Esa es una de las cosas por las que siempre estaré agradecido: haber podido recuperar a mi familia”, dice.
Para AA, “no importa lo que hayas hecho ni dónde hayas estado ni dónde estés en la vida… El único requisito es que desees dejar de beber”, dice.