Cocina casera para empoderar a la comunidad

Carlos Alessandrini da consejos sencillos pero eficaces en nutrición, el manejo del estrés y el bienestar

“Cuando tienes dos, tres trabajos, apenas duermes, altos niveles de estrés, una nutrición de baja calidad, no piensas en llegar a casa, cocinar, lavar los platos”, dice Carlos Alessandrini, un experto en nutrición comunitaria. Por eso le es tan importante enseñar a la comunidad consejos de nutrición sencillos y prácticos, pero impactantes.

Como mexicano-estadounidense de primera generación nacido en Tijuana, Carlos estuvo expuesto a ambas culturas, incluidos los deportes estadounidenses. Su pasión por la NBA cultivó su amor por los deportes y el fitness en general. “Hizo que me interesara mucho en el campo de la salud y el fitness”, cuenta a North County Informador.

Vio consagrado ese amor al completar una certificación de especialista en acondicionamiento físico en City College, donde adquirií conocimientos sobre nutrición. “Cuando comencé a recibir educación formal en el campo, vi cómo en la pirámide, la base es la salud”.

Posteriormente, durante sus estudios de licenciatura en ciencias de la nutrición en la Universidad de Estudios Avanzados en Tijuana, Carlos participó en el requerimiento de servicio social para los estudiantes mexicanos. “Estás haciendo mucho trabajo comunitario”, explica. Comenzó a liderar esfuerzos locales en comunidades de Rosarito y Tijuana, donde presentaba educación nutricional en pequeñas dosis que cualquiera podía entender. “Al mismo tiempo, se adoptaron diferentes enfoques que fueran realistas para su estilo de vida actual”, añade.

El marketing nos presenta “muchos productos y dietas diferentes que no necesariamente tendrán un impacto positivo en la salud”, señala.

Cuando trabajaba en Family Health Centers de San Diego, brindó mucho asesoramiento personalizado. Pero cuando comenzó a hacer presentaciones grupales sobre nutrición, salud y fitness, dice que se sintió privilegiado de poder dejar tal huella en la vida de las personas. Entonces se dio cuenta de que había sido dotado con la capacidad de trabajar con la comunidad y la sociedad para enseñar responsabilidad sobre la salud y el fitness.

“Al realizar el asesoramiento individual se invierte mucho, pero el impacto que sentí que estaba logrando fue mínimo en comparación con el asesoramiento grupal y las presentaciones grupales”.

Hoy en día, aprovecha su experiencia con presentaciones grupales en su trabajo como coordinador senior del programa de Leah’s Pantry en San Diego, donde dirige talleres bilingües de cocina, nutrición y bienestar orientados a grupos.

Mucho más que nutrición

Carlos está de acuerdo con la filosofía de Leah’s Pantry: enseñar nutrición basada en un enfoque informado sobre el trauma. “Tenemos mucha capacitación sobre la Encuesta de Experiencias Adversas en la Infancia (ACES), diferentes eventos que podrían haber sucedido a lo largo de nuestra vida antes de cumplir 18 años”.

Esta capacitación sienta las bases para los cursos de educación nutricional comunitaria, un enfoque que, según Carlos, se alinea con sus valores. “Encajaba perfectamente con mi filosofía anterior de asegurarme de que no solo estoy adaptando un menú, sino también brindando asesoramiento”, dice.

Muchas de las personas que asisten a sus cursos se están recuperando de experiencias traumáticas, por lo que dice que elige sus batallas y se concentra en consejos sencillos de nutrición. “No conviene hablar de antioxidantes de alto nivel, vegetales que minimizarán los radicales libres, con alguien que ni siquiera está comprando o pensando en comer vegetales”, dice.

El programa Around the Table Nourishing Families de Leah’s Pantry va más allá de la nutrición básica e incluye el manejo del estrés, habilidades para lidiar e incluso cómo sostener un cuchillo.

Carlos dice que busca consejos realistas que no desalienten a su audiencia. Dice que no es fácil, pero siempre busca tener un impacto positivo, especialmente en las generaciones futuras.

“Una vez que seas capaz de controlar tu entorno, las cosas que estás cocinando y a ti mismo, empezarás a tomar mejores decisiones, poco a poco”, objetivos realistas, “hacer que todo el entorno de cocina sea amigable, fácil, práctico y asequible”.

Una de las lecciones más importantes para Carlos tiene que ver con la planificación de las compras. Dice que las tiendas de comestibles están diseñadas para atraer a los clientes hacia ciertos productos que tal vez no sean los más saludables. “Tratar de seguir un plan es un desafío”, dice.

“Una de las cosas de las que hablo es de asegurarme de que no vayan a la tienda ni siquiera con apetito”. Dice que puede ir de compras incluso cuando no tiene hambre, pero “empezaré a ver comida y, bum, mi hambre está por las nubes”. Recomienda comer bien y beber un poco de agua antes de ir al supermercado. Este consejo simple, dice, “marcará una gran diferencia a la hora de comprar productos más saludables, comer mejor y tener las herramientas adecuadas para cocinar”.

Carlos también puede brindar asistencia con respecto a los programas WIC y CalFresh e incluso bancos de alimentos donde sus estudiantes pueden acceder a frutas y verduras frescas. “Leah’s Pantry está asociada con los dos principales bancos de alimentos, Feeding San Diego y San Diego Food Bank”, dice.

Experiencia intercultural

Las habilidades bilingües de Carlos le permiten impartir clases grupales a través de Leah’s Pantry tanto en inglés como en español. “Nos encantaría hacer más, pero por ahora sólo tenemos esos dos idiomas”, dice. Actualmente imparte cursos en español en One Safe Place en San Marcos y otros cursos en inglés en todo el condado.

Mientras tanto, siente que a veces enfrenta una crisis de identidad y nos cuenta que su padre lo presionó para que aprendiera inglés cuando era niño. “En Tijuana estábamos muy influidos por la cultura estadounidense”, dice, “la música, la televisión, los dibujos animados. Recuerdo haber visto dibujos animados el sábado por la mañana de la misma manera que lo hacían la mayoría de los niños en Estados Unidos”.

Sin embargo, dice que las diferencias son palpables. “Es simplemente diferente culturalmente”. Cuando era estudiante y cruzaba la frontera todos los días, decía: “Es más fácil decirlo que hacerlo cuando hay una espera de dos horas para cruzar y comenzar el día. No es la mejor manera de hacerlo”.

A Carlos todavía le gusta visitar México con frecuencia y ha aprendido a combinar lo que considera los mejores aspectos culturales de ambos países.

Siente que la crianza en México es más apapachador y dice: “Puedo aportar la calidez, la forma en que los mexicanos y los hispanos en general se expresan. Nos gusta nutrir”. Estos rasgos influyen en sus cursos de cocina y nutrición. “A las madres mexicanas que tengo como público les gusta mucho mostrar amor a través de la cocina”. También cree que ese rasgo hace falta en Estados Unidos.

Otro aspecto de la cultura mexicana impregna sus cursos. “A los mexicanos no nos gusta confirmar asistencia. Simplemente llegamos. Y no sólo llegamos. Nos presentamos con vecinos, con amigos, con hijos…” Dice que cuando tiene espacio e ingredientes limitados, se convierte en un desafío. Dice a sus alumnos: “Me alegro de que estén todos aquí. Por favor asegúrense de registrarse. Si alguien más va a venir, que se registre”. Carlos considera estos recordatorios parte de los pasos de refuerzo en el proceso de aprendizaje.

Empoderar a través de la salud

Carlos está emocionado de empoderar a sus estudiantes, que incluyen familias completas de tres generaciones. “Verás que algunos padres traerán a sus hijos a clases”, dice. “Desde la abuela hasta sus hijos y los niños. Es bastante hermoso ver cómo son capaces de continuar con esas tradiciones, esos conocimientos y, específicamente, las conversaciones que se dan durante el proceso”, nos dice. “Estoy viendo un mayor impacto porque si no tienes ese escenario en el que cocinas, enseñas, realizas todos esos procesos, es posible que esas conversaciones ni siquiera se lleven a cabo”.

Carlos recuerda a las familias que, en lo económico, las opciones de alimentos fáciles y rápidos pueden parecer difíciles de igualar. Pero dice que es más importante centrarse en nuestra salud, “la inversión en tu salud, en tu bienestar, en tu concentración, en tu estado de ánimo”.

Dice que recibe muchas preguntas generales sobre nutrición. “¿Cuál es la mejor dieta? ¿Qué es una buena comida? ¿Qué es una mala comida? Recuerda a todos que estas preguntas no tienen respuestas sencillas porque las necesidades nutricionales varían de persona a persona.

“Trato de educarlos para que se sientan lo suficientemente informados y seguros como para poder responder esa pregunta por sí mismos”, dice. Por ejemplo, la cantidad de agua que una persona debe beber todos los días depende de la altura, el peso, la edad, el nivel de actividad física, el estilo de vida y más. “Estoy tratando de brindarles conocimientos que les permitan captar esa información y proponer acciones realistas que tengan un impacto en su estilo de vida y les ayude a establecer una base sólida en la pirámide de la salud”.

Si están interesados en las próximas clases en One Safe Place, llamen a Carlos al 650-684-0105.

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