Ser cuidador(a) de familiares no es fácil; hay ayuda

Por Melanie Slone

Rosario Reyes, 760-410-7710

rreyes@caregivercenter.org

www.caregivercenter.org

Según la National Alliance for Caregiving y la AARP, en la actualidad en Estados Unidos se estima que más de 53 millones de personas brindan cuidados no remunerados a un familiar.

El Mes Nacional de los Cuidadores Familiares se celebra cada noviembre para reconocer y apoyar a estos cuidadores.

Los cuidadores familiares deben cuidar su propia salud física y mental para poder cuidar a sus seres queridos.

Hablamos con Rosario Reyes, Promotora con Southern Caregiver Resource Center, quien es cuidadora de sus propios padres mientras que en su trabajo ayuda otras personas a cuidar a sus familiares.

Rosario nos habla de la comunidad latina. “Hay muchos cuidadores en nuestra comunidad porque cuidamos mucho a nuestras personas mayores, pero muchas personas todavía no se consideran como cuidadores”.

Nos explica que el primer paso es reconocer que uno es cuidador o cuidadora, que puede vivir con las personas que cuida, vivir cerca, visitarlos para ayudarles con varias tareas o hasta vivir en otro país. “Tenemos lo que se llama el cuidador de larga distancia, que es la persona que vive aquí en el condado, pero coordina cuidado para sus seres queridos en México”, dice Rosario.  

Ser cuidadora(a) tiene un alto costo. Rosario cuenta que vive en la casa junto a sus padres y lleva varios años cuidándolos. “A veces me molestaba que no podía hacer mi vida, mis planes, porque necesitaban algo”, dice. “A veces me sentía estresada porque me pedían y hacía cosas por ellos”, recuerda.

Rosario explica que sentirse así es común y que por eso hay que buscar ayuda. “Cuando ya es demasiado, ya somos cuidadores y es importante reconocerlo porque requerimos ayuda específica a esta situación de ser cuidador”.

Ayudar a un familiar con las cuentas, llevarlo al médico y de regreso, coordinar cuidados con otras personas…todo esto provoca estrés.

“No lo sabemos, pero es algo bastante difícil”, dice Rosario. “Le quita a uno tiempo. Tiempo con mis propios hijos que todavía estaban chicos y si yo quería hacer algo para mí misma, pues, no podía”.

Muchos cuidadores no comparten su experiencia con nadie. “A veces decimos que estamos bien y no estamos bien”, dice Rosario. “Estamos bien estresados, no cuidamos nuestra propia salud. No atendemos a nuestra familia tan bien”.

Pero, “Necesitamos educarnos y tener ayuda para poder hacerlo mejor”, cuenta.

Ayuda para los cuidadores

Cuando Rosario empezó a trabajar en Southern Caregiver Resource Center (SCRC), se dio cuenta de que era cuidadora.

SCRC ofrece servicios a cuidadores familiares de adultos con afecciones o enfermedades crónicas y discapacitantes. Rosario cuenta que el centro le ayudó a entender por qué a veces se sentía mal, por qué a veces estaba molesta con sus padres.

“He aprendido que las cosas se pueden hacer a veces mejor y diferente”, dice, “Y todavía cuidarlos bien”.

Los servicios que se ofrecen están enfocados en ayudar al cuidador familiar, a la persona que está cuidando, nos cuenta Rosario. “El logo de nuestra compañía es cuidando a los que cuidan a otros”, dice.

“Hay programas que ayudan a organizar mejor los tiempos…Hay educación especializada para educar al cuidador sobre la enfermedad que tiene el ser querido. Que puedan manejar mejor la situación”.

Los servicios de SCRC son patrocinados por el Aging and Independent Services del condado y son gratuitos y bilingües.

“Tenemos consejería individual, consejería a corto plazo, grupos de apoyo, lo que se llama asesoría familiar, educación especializada, ayuda legal y financiera y una clase que es específica para cuando cuidan a alguien con pérdida de memoria o demencia”, dice Rosario.  

El centro cubre todo el condado de San Diego y el de Valle Imperial. Rosario y su compañera Maricela cubren el norte del condado de San Diego. “Pueden llamarme a mí que soy la promotora”, dice Rosario. También se puede visitar la página web o ir a la oficina central en Chula Vista.

Southern Caregiver Resource Center no pregunta sobre el estatus migratorio, cuánto se gana ni si se cuenta con seguro médico, dice Rosario. El único requisito para ser cuidador(a) es que ayude con la vida diaria de un familiar, coordine ayuda, o proporcione ayuda financiera.

Mucha gente no pide ayuda porque hay mucho tabú, cuenta Rosario. “Es mucho de lo que nosotras, yo como promotora, hago, enseñarles”, dice Rosario, mediante hojas informativas en español.

Rosario pide a la gente acercarse. “No estamos solos”, dice. “Hay ayuda gratuita, como la nuestra. Y hay más organizaciones. Las pueden encontrar en su iglesia, apoyos, ayudas. Pero tenemos que entender primero que somos cuidadores y es difícil esta situación y que hay ayuda”, finaliza.

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