No quiero vivir, pero no quiero morir.
Muchos pacientes con depresión dicen que se sienten así al menos parte del tiempo. Si usted o alguien que conoce se ha sentido así, hay esperanza. “No hay necesidad de sufrir en silencio”, dice Adriana Naranjo, una terapeuta matrimonial y familiar (LMFT) quien trabaja como terapeuta bilingüe en el Centro de Recursos Comunitarios.
Según la Organización Mundial de la Salud, más de 280 millones de personas en todo el mundo sufren depresión.
Aquí en la región interior del norte del condado, en 2022, más de 1 de cada 4 adultos informó requerir ayuda para problemas de salud emocional/mental o consumo de alcohol o drogas, al igual que 1 de cada 5 adultos en la región costera del norte. La depresión también ha aumentado exponencialmente en adolescentes e incluso niños pequeños, así como en adultos mayores.
Entre los latinos, la depresión y los problemas de salud mental suelen estar estigmatizados. “Nuestra cultura nos enseña a ser fuertes, pero también nos recuerda que está bien pedir ayuda. No te enfrentes a la depresión en soledad. Buscar ayuda no es un signo de debilidad, sino de fuerza”, dice Naranjo.
Hoy, la depresión se considera una condición de salud al igual que la diabetes, las enfermedades cardíacas u otras afecciones crónicas, y el sistema de atención médica tiene respuestas para usted. “Hablar sobre tu salud mental es un acto de valentía y no tienes que hacerlo sola/o. Hay recursos y personas listas para apoyarte en tu camino hacia el bienestar”, dice Adriana Naranjo.
Consulte estos recursos y recuerde que usted no es una carga. Sus sentimientos son válidos y hay personas disponibles para ayudar.
5 razones por las que puede ser difícil que los latinos hablemos de nuestra salud mental
Por Adriana Naranjo, terapeuta matrimonial y familiar (LMFT)
- Estigma cultural: En muchas culturas latinas, los problemas de salud mental suelen ser estigmatizados. Las personas pueden temer ser etiquetadas como “locas” o “débiles”, lo que lleva a la dificultad para hablar de sus sentimientos.
- Expectativas familiares: A menudo hay un fuerte énfasis en la unidad y la fuerza familiar. Compartir las luchas puede verse como una carga o una señal de fracaso para cumplir con las expectativas familiares.
- Miedo a ser juzgado: Las preocupaciones sobre ser juzgados por familiares o amigos pueden impedir que las personas compartan sus luchas. Este miedo puede magnificarse en comunidades muy unidas.
- Factores socioeconómicos: La inestabilidad financiera o la falta de acceso a recursos de salud mental pueden aumentar los sentimientos de impotencia, lo que dificulta que las personas busquen apoyo.
- Trauma y resiliencia: Muchos latinos pueden haber experimentado un trauma, lo que lleva a un enfoque en la resiliencia en lugar de la vulnerabilidad. Hablar de la depresión puede parecer una desviación de este valor de la fuerza.